La exposición oral consiste en la comunicación de un contenido ante varias personas mediante un guión o un esquema previo. Consiste en una práctica de gran importancia en diferentes ámbitos. En el área académica, puede observarse en las explicaciones que los maestros dan en clase o en los trabajos que los estudiantes comunican a sus compañeros de clases.
De ahí reside la importancia de aspectos como la entonación y la pronunciación, por un lado, y los gestos por otro. Es necesario que el orador procure que su pronunciación sea adecuada y que la entonación vaya acorde con los contenidos que expone; y ha de usar los gestos con moderación que sirvan para destacar o apoyar lo que se dice.
Para la correcta realización de la exposición es conveniente usar los recursos visuales para amenizar e ilustrar la misma. Es posible, por ejemplo, trazar en la pizarra gráficos o esquemas, hacer una presentación en Power Point, llevar material de apoyo, como fotos, cuadros resumidos, entre otros. Dichos recursos permiten estructurar la exposición, permiten su comprensión y mantienen la atención del auditorio.
Con la presentación de Power Point, el público puede captar de forma más sencilla las ideas específicas de la exposición. La presentación debe tener la información esencial, presentándola de manera esquemática. Se recogerán las ideas importantes de cada apartado, acompañándolo de esquemas o imágenes que funcionen para apoyar dichas ideas o mostrar datos adicionales.
¿CUALES SON SUS PARTES?
Partes de una exposición oral
La introducción
En algunas ocasiones, el público no presta la debida atención a la introducción de una exposición oral.
Es por esto que es importante pensar que mediante la introducción, se tiene la oportunidad de presentar de forma general el tema o la idea esencial que sustenta toda la exposición oral.
Por esto, es esencial iniciar con un planteamiento genérico para, posteriormente, hablar del tema principal, de carácter más específico, escogiendo de forma cuidadosa las palabras claves que permitirán al público captar la noción principal expresada en la presentación.
La introducción tiene que ser concisa, breve y captar la atención del público. Algunas de las expresiones que pueden ayudar a organizar bien el discurso de la presentación son:
- Del mismo modo
- En primer lugar
- Asimismo
- En segundo lugar
- A continuación
- Entre otros.
Desarrollo de la exposición
Cuando se presente el tema de la exposición oral, es necesario proceder al desarrollo de la misma.
Para esto, es esencial argumentar cada uno de los elementos del discurso; o sea, de nada sirve presentar una idea nueva sino se aporta argumentos de por qué la idea funcionaría mejor que otras, cuáles son sus beneficios, entre otros.
Según el tema que se trate, las ideas deben organizarse de forma lógica con el fin que se quiere conseguir con la exposición. Asimismo, es esencial mostrar documentos escritos, visuales o audiovisuales, ejemplos o citas que sustenten lo que se quiere transmitir.
Es importante recordar que la mejor forma de que una exposición oral sea un éxito es conseguir que el público sienta interés y curiosidad por el tema.
La conclusión
Es considerada una de las partes más importantes de la exposición, puesto que es el final de la intervención y será lo último que escuche el público.
Debido a esto, es importante resumir las ideas más esenciales de forma esquemática. Además, si se entiende que es conveniente, se puede agregar algún comentario o valoración acerca de los resultados obtenidos de la investigación previa a la exposición oral.
Por otro lado, contrario a la introducción (que todo el auditorio sabe que inicia cuando el orador empieza a hablar), la conclusión no está del todo delimitada dentro de la intervención. Por esto es importante señalar al público que, a continuación se concluirá la exposición.