El otoscopio consiste en un aparato con un haz de luz que permite visualizar y analizar el estado del canal auditivo y el tímpano. El estudio del oído puede desvelar el motivo de algunos síntomas, como dolor o sensación de plenitud en el oído o carencia de audición.
Este aparato posee aproximadamente la longitud de un lapicero, con un grosor de unos 2 centímetros y en un extremo posee una cabeza hueca. Un lado de la cabeza es fino y se coloca en la oreja, mientras que otro posee una lente translúcida y mediante él se puede ver el interior de la oreja.
Para lograr ver bien el área, la cabeza posee una diminuta luz interna. Consiste en un aparato relativamente barato que se puede utilizar muchas veces y se hallan en todas las consultas básicas de cualquier médico de cabecera.
La historia de este aparato inicia con el espéculo. Dicho objeto fue descrito e ilustrado por primera vez en 1363 en Francia por Guy de Chauliac. Su empleo principal abarcaba la exploración de los pasajes nasales y auditivos.
¿CUALES SON SUS PARTES?
Partes del otoscopio
Cabezal
Esta parte del otoscopio emite una fuente de luz y tiene una lupa de pequeña potencia, usualmente de unos 8 dioptrías, que funciona para extender las imágenes.
En la zona frontal del cabezal posee una estructura en forma de embudo donde se coloca un cono de plástico que es desechable.
Debido al foco de luz también se emplea para analizar las fosas nasales (rinoscopia) y para una indagación de la faringe y la cavidad oral.
El otoscopio consiste en un aparato sencillo para el médico de cabecera, otorrinolaringólogo y pediatra. Pero, en ocasiones parece que únicamente los médicos lo usan y esto no es correcto. Los veterinarios también lo utilizan para valorar los oídos de diversos animales.
Mango
El mango funciona para sujetar el dispositivo. Existen otoscopios que se encuentran montados en la pared, en tanto que otros pueden ser portátiles. Los instalados en la pared están enlazados por un cable flexible de alimentación eléctrica a un enchufe. Los modelos portátiles tienen en el mango las baterías que alimentan la estructura de iluminación.
Uno de los aspectos a tomar en cuenta al seleccionar un otoscopio es la clase de iluminación. La visibilidad del dispositivo debe ser óptima con el objetivo de poder analizar el interior del oído. Estos dispositivos como fibra óptica han colaborado en gran manera a mejorar la eficiencia y fiabilidad de dichos aparatos, al mejorar de forma considerable la visibilidad y luminosidad durante un estudio.
La importancia de una iluminación ideal hace más sencillo el trabajo del galeno que no tiene que hacer un esfuerzo mayor para examinar de manera correcta el oído del paciente. Las bombillas halógenas facilitan un diagnóstico fiable y son deseadas por los especialistas de la salud. Son compatibles con la fibra óptica.
Cono
Consiste en el objeto que sobresale del cabezal que se introduce en el conducto auditivo externo. Es la zona donde se proyecta la luz.
Usualmente las mejores bombillas son las de clase LED puesto que son aquellas que facilitan que el dispositivo tenga una vida útil sin límites.
Es la pieza que sobresale del cabezal que introducimos en el conducto auditivo externo. Es la parte por donde se proyecta la luz. Los aparatos de elevada gama usan esta clase de bombillas.
Es importante tener pendiente que para usar un otoscopio con luz LED se hace necesario usar espéculos, los cuales están disponibles en diversos modelos y pueden desecharse por higiene. De igual forma, la mayoría de otoscopios tienen un incremento de x3 o x4, esto es un aumento ideal para apreciar cada detalle del sistema interno del oído.