El término encía es empleado para describir la mucosa que cubre a los dientes, la cual está conformada por el tejido grueso que se pega al epitelio escamoso.
La encía es considerada como la base que sostiene a los dientes sobre los huesos maxilares, además funciona como preservador de las raíces de bacterias. Dicha mucosa tiene un tono rosado, cuando la encía presenta un color rojo y está inflamada, esto indica que tiene alguna enfermedad de la boca como la gingivitis o hinchazón.
De igual forma, las encías están conformadas por varias partes, dos de estas son la insertada y la marginal, las cuales son como una especie de corona donde se encuentran implantados los dientes, asimismo, es conocida como papila interdentaria. Los interproximales sujetan los dientes, pero de igual forma impide el almacenamiento de la comida y evita la irritación y desarrollo de la enfermedad periodontal.
Para conservar las encías en buen estado, los especialistas recomiendan hacer una correcta limpieza de la cavidad bucal. El uso regular de un cepillo suave, enjuague e hilo dental, los cuales permiten la conservación de la boca limpia e impide que se acumule placa bacteriana.
Un cepillado no eficiente (insuficiente o muy agresivo), por el contrario, permite la presencia de placa y, por consiguiente, el desarrollo de diversas enfermedades. La misma genética e inclusive fumar son otras de las causas que pueden conllevar problemas en las encías.
¿CUALES SON SUS PARTES?
Partes de las encías
Encía marginal
Consiste en el borde de las encías que rodean los dientes con forma de collar. En casi la mitad de las personas, se demarca de las encías adyacentes, reunidas por una depresión lineal superficial que se conoce como surco gingival libre.
Esta depresión en la superficie exterior de la encía no concuerda a la profundidad del surco gingival, sino a la frontera apical que es parte del epitelio de unión.
Dicho surco externo cambia en profundidad dependiendo del área de la cavidad bucal siendo muy eminente en los dientes premolares y anteriores.
La encía marginal cambia de ancho de 0,5 a 2 mm de la cresta gingival libre a la encía adjunta. Esta parte de la encía sigue el patrón determinado por el contorno de la unión con el esmalte que tienen los dientes.
Encía adjunta
Esta continúa con la encía marginal. Es firme, resistente y está muy adherida al periostio subyacente al hueso alveolar. El aspecto fácil de esta parte de la encía se prolonga a la mucosa alveolar que es floja de forma relativa y movible, de la cual es demarcada por fusión mucogingival.
Este puede presentar con punteado superficial cuando se encuentre seco, inmóvil y firme, con cantidades variables de punteado. La anchura cambia dependiendo la localización en diversas zonas de la boca.
Usualmente es mayor en la zona de los incisivos y menor en los segmentos que siguen, con la menor anchura en la zona premolar. Aunque algunos niveles pueden ser requeridos para el equilibrio de raíz del diente.
Encía interdental
Esta se localiza entre los dientes. Ocupa el área interproximal debajo de la zona de contacto del diente. La papila interdental puede convertirse en piramidal.
Tienen resistencia a la fuerza de masticación y se envuelven con queratina. Cambia en profundidad y anchura, según la extensión de las superficies del diente que entran en contacto y el epitelio que envuelve, consiste en la encía marginal de los dientes adyacentes, a excepción de que no está queratinizada.
Está presente sobre todo en la amplia encía interdental de los dientes posteriores y usualmente no se encuentra presente en tejidos interproximales vinculados con dientes anteriores porque el último tejido se caracteriza por ser más estrecho.
